La odontología se ha ocupado de prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades de la boca, más como una solución reparadora derivada de sus orígenes quirúrgicos paliativos que como un tratamiento médico enfocado a tratar los problemas, valorando el riesgo y el pronóstico, intentado eliminar el origen del problema.

De manera generalizada, todo el mundo sabe lo importante que es tener una boca sana, quien más y quien menos ha tenido que recurrir a los servicios sanitarios prestados en las clínicas dentales, es decir, ha tenido que ir al dentista. Por eso cuando oímos la palabra odontólogo, nos entra una sensación a modo de inquietud, preocupación y un escalofrío nos recorre de arriba a abajo.

Estamos acostumbrados a que la visita al dentista muchas veces se convierta en una pequeña intervención ya que no es sólo una revisión rutinaria y siempre hay lesiones que tratar.Guillermo Galván

Tenemos asumido que ir al dentista es sinónimo de arreglar los dientes, empastes, fundas, desvitalizaciones e incluso en el peor de los casos, extracciones; o tratar las encías inflamadas o infectadas. Tradicionalmente el principal motivo por el que los pacientes solicitan una consulta es el dolor y aún hoy sigue siendo un motivo muy importante, pese a que también acudan para lograr mejorar la apariencia de su sonrisa, es decir, con fines estéticos y más recientemente porque les han dicho que aprietan los dientes y tienen bruxismo.

Odontología del Bienestar

Lo que nadie tiene duda es que el dentista es el profesional sanitario que más frecuentemente está en contacto directo con los pacientes, y su responsabilidad no es sólo tapar agujeros y limpiar profundamente la boca. Los odontólogos podemos tratar y mejorar la calidad de vida de nuestros pacientes a través de la boca. Surge así el concepto de Odontología del Bienestar.

Galván LoboTodo comienza con intentar realizar un diagnóstico global de la boca, estructura dental, encías, función y estética deben guardar una armonía y convivir con un estado de salud general que permitan a nuestros pacientes mantener una correcta salud general. Esto implica realizar una historia clínica médica y dental pormenorizada, una exhaustiva exploración y las pruebas complementarias necesarias para poder valorar el estado de la boca, dientes, encías y mucosas, la lengua, los músculos que intervienen en la fonación, masticación y deglución y la articulación temporomandibular que es la responsable de los movimientos de la boca.

Hay que entender e identificar las interrelaciones existentes entre la boca y la salud general de las personas, sus hábitos dietéticos y necesidades médicas.

Cada vez que intervenimos en la boca para bien o para mal influimos en el estado general de nuestro cuerpo, esta relación descubrimos día a día que es más importante de lo que en un principio podía parecer.

Podemos clasificar esta interrelación en cuatro grandes grupos:

1.La erosión dentaria, desgastes de origen químico como consecuencia de hábitos dietéticos, trastornos alimenticios, medicaciones y enfermedades sistémicas.

La presencia de dientes desgastados resulta un problema cotidiano en las clínicas odontológicas, estos desgastes son generados o al menos aumentados por la acción ácida de la dieta, de los medicamentos, de problemas gástricos o por trastornos alimentarios.

La erosión provoca una continua pérdida de estructura dentaria modificando la forma de los dientes, lo cual supone cambios en la eficacia de la masticación y cambios en la forma de la boca afectando no sólo a la función sino también a la estética dental o apariencia de la sonrisa.

Dentro de las causas más frecuentes de los desgastes de origen químico es la ingesta de alimentos ácidos tales como los cítricos y encurtidos, y más aún de bebidas con un pH bajo tal como los refrescos, o las bebidas energéticas. Es muy importante controlar el uso y abuso de estas bebidas.

Otra de las causas más frecuentes de alteraciones de la forma y estructura de los dientes son los problemas de acidez de estómago, reflujo y vómitos, causan continuos problemas en la dentición que en muchas ocasiones se convierten en uno de los primeros signos de estos trastornos.

Mas_Tribuna_N4_SaludEn cuanto a los más pequeños hay que hacer mención especial a sus hábitos alimenticios, que conllevan a veces alteraciones de los dientes y un aumento de la frecuencia de lesiones como son l
as caries. Es importante que el niño tenga una dieta equilibrada, que mastique y que lo haga en un tiempo controlado para dar tiempo a que la boca se pueda limpiar y regularizar las cifras de pH.

2. La enfermedad periodontal y su impacto en el estado médico

La salud periodontal es muy importante para poder mantener una boca sana, pero también para que nuestro organismo esté sano.

Cuando existe una infección en las encías, éstas suelen sangrar, inflamarse, molestar y provocar mal aliento, pero a veces no presenta mucha sintomatología, y en el caso de las personas fumadoras, es aún peor, ya que el tabaco oculta los problemas reales que afectan a la encía.

La existencia de una infección crónica provoca alteraciones sanguíneas que aumentan la probabilidad de enfermedades cardiacas, accidentes vasculares, y partos prematuros entre otras afecciones sistémicas.

Especial interés tiene mantener unas encías sanas en la población diabética ya que no hacerlo puede suponer cambios en los niveles de azúcar, glucemia, que descontrolan la enfermedad con todo lo que eso puede conllevar.

3. La masticación, la deglución y los hábitos apretadores y su influencia en el sistema postural.

Al igual que la vista y los pies, la boca y la forma en que los dientes entran en contacto tiene que ver con la postura general del cuerpo, y en especial tiene que ver con la postura de la cabeza y el cuello.

Cuando la mandíbula funciona, todos los músculos que la mueven están activos y éstos músculos se insertan en el cráneo, cuello y cintura escapular. Pero al mismo tiempo se activan músculos que posicionan el cráneo para poder masticar.

Cuando hay alteraciones en la función de la mandíbula para masticar, tragar o existen hábitos de apretar o frotar los dientes, se inicia un proceso de alteraciones en cadena que pueden dar lugar a mareos, cefaleas, dolor de espalda incluso cambios en la forma de hablar, además de las alteraciones de la propia boca con limitación de la apertura, ruidos cerca del oído, y dolor de cara, oído etc.

4. La forma de la boca y la posición de la lengua y su influencia en las vías aéreas respiratorias.

Desde que nace la persona está en constante adaptación, el crecimiento y desarrollo de la cara y en concreto de la boca se produce en los primeros años pero influye en la salud de la persona toda su vida.

La respiración influye se ve influenciada directamente por este crecimiento y desarrollo facial. Si no se respira por la nariz se genera un cambio en la posición de la lengua y la cara crece más verticalmente, generándose un paladar más profundo que a su vez altera la respiración por la nariz perpetuándose así el problema respiratorio, al mismo tiempo, como no hay anchura, la arcada es más estrecha y los dientes no tienen espacio para erupcionar, surgen así los apiñamientos, la lengua no tiene espacio y entonces se aumenta el problema, esto puede llegar a provocar apneas y cambios bioquímicos que pueden afectar al organismo a diferentes niveles y con diferente severidad.

Tener la boca colocada, nos parece bonito pero lo más importante es que influye en nuestra salud y nos ayuda a estar más sanos.

Odontología del Bienestar Consejos

La odontología del bienestar trata de mejorar la salud de las personas a través de la salud oral, ya no se trata de tapar agujeros se trata de mejorar nuestra calidad de vida a futuro por eso:

Cuida a los más pequeños, enséñales a tener una boca sana y a que se cuiden correctamente. Eso sí que es una inversión a presente y futuro.

Cuida el pH de la boca come sano, regula la ingesta de hidratos de carbono y azúcares tanto en cantidades como en frecuencia como en tiempo que el alimento o la bebida estén en la boca.

Boca limpia-cuerpo sano. Limpia tus dientes y tus encías con un cepillo bueno y proporcionado al tamaño de tu boca, y acude a tu odontólogo de confianza, al que te conoce año tras año, para comprobar que tu boca esta sana y se mantiene sana.

No aprietes los dientes, relájate, pero si lo haces, consulta, a veces mejorando la forma en que los dientes encajan se pueden mejorar muchos dolores de cabeza, de cara e incluso algún mareo. Y a veces con un simple aparato de plástico puede que vivas más cómodo.

¿Respiras por la boca? Intenta respirar por la nariz, y si tu paladar es estrecho, y los dientes amontonados o la lengua con marcas, quizás tengas que pensar en ensancharlo, y sobre todo recuerda que por lo general un niño no debería roncar, si lo hace es motivo para consultar con tu odontólogo o con tu otorrino.

 

Publicado en el Nº1 de MAS TRIBUNA

Textos: Dr. Guillermo Galván

Fotografías: Alberto Mingueza